Imagine la historia de alguien que vivió gran parte de su vida como hombre, asumió su transexualidad a los 57 años y, desde entonces, experimenta una jornada única y personal sobre lo que es, de hecho, ser una mujer. Esa es la sinopsis del documental Laerte-se, la primera producción original brasileña de Netflix, que retrata la trayectoria de Laerte Coutinho, consagrada caricaturista que pasó a mostrarse al mundo como mujer, en 2009.
La transición rindió innumerables artículos en la prensa de la época, incluyendo un ensayo al desnudo. Pero Laerte-se va más allá y coloca a la caricaturista en el diván, después de tres años de filmaciones.
La película siguió a Laerte por situaciones cotidianas – en la ida de la manicura hasta su casa, en compañía del nieto que la llama de “abuelo”, en la casa del hijo para tratar de resolver un problema con su computadora -, mientras las preguntas de las directoras del largometraje, Eliane Brum y Lygia Barbosa da Silva, la hacían reflexionar sobre su entrada en el universo femenino. La propuesta de la caricaturista era de que el documental la acompañase en el proceso de implante de los senos, una duda que recorre a lo largo de la película.
Por diversas veces, Laerte respira hondo; en debates sobre la cuestión de género, no sabe qué decir, se disculpa, pero acaba arrancando risas de la platea. «Estoy haciendo una investigación de la mujer que puedo ser», dice.
«Lo que me sorprendió fue su capacidad de cargar su interrogación por la vida. Sabía eso, lo percibía aún antes de conocerla. Pero no imaginaba cuánto era persistente», comenta Eliane Brum.
El documental construye un paralelo entre las indagaciones de la caricaturista, autora de Piratas do Tietê e Deus, y sus tiras, que funcionan como un diván – Hugo/Muriel es la reflexión pública de su transición.
